Drogas en Adolescentes

    Indice del Artículo

    Las drogas son aquellas sustancias que provocan una alteración en el organismo de quien las consume, modificando sus funciones tanto a nivel psicológico como físico.
    La adicción a las drogas es la auto-administración persistente, periódica y excesiva de estas sustancias; produciendo una dependencia psíquica y física con efectos negativos a nivel de la conducta, la percepción y la conciencia, originando también enfermedades físicas.
    El inicio en el abuso de drogas aparece, mayormente, en la adolescencia, aunque progresivamente desciende la edad de los que las consumen.

    La conflictiva etapa de la adolescencia, transición entre la niñez y la madurez, es un momento proclive para entrar en este mundo que despierta curiosidad en ellos, que les ofrece una oportunidad de imitar a otros que admiran, de aliviar dolencias de tipo emocional por las que suelen atravesar, e ilusiones de un bienestar engañoso. Además, los jóvenes se mueven en grupo, y es habitual, recibir la presión del mismo para consumir, sumado a esto que en la sociedad actual la droga está al alcance de la mano de cualquiera.
    Los psicólogos queremos concienciar  de que el mayor riesgo al que están expuestos los jóvenes es no tener una familia que los comprenda, que esté atenta a sus problemas e intereses y que los escuche. Por ello, ante los indicios de que su hijo este consumiendo estas sustancias, lo primero, es lograr que el adolescente pueda hablar de lo que le sucede, que tenga referentes internalizados como para saber que está en un problema y llegar a reflexionar sobre lo negativo de sus comportamientos.

    Los psicólogos nos dicen que la mejor forma de prevención desde la familia es, desarrollar en los hijos una visión positiva hacia los comportamientos saludables; fomentar su autoestima y capacidades para tomar definiciones desde una actitud responsable; enseñar a utilizar recreativa y productivamente su tiempo libre como un espacio para la diversión sin competitividad ni exigencias desmesuradas. Y, fundamentalmente, fomentar el diálogo familiar, con un lenguaje adecuado, dentro de un clima confortable y de afecto, sin gritos, ni juicios, ni insultos, respetando siempre al otro. 

    Clasificación de las drogas

    Las drogas se han clasificado de diversas maneras, una de ellas es por los efectos que producen en el organismo de la mayoría de los consumidores, específicamente en el sistema nervioso central:

    – Estimulantes:

    Activación directa sobre el sistema nervioso. Impulsan a una mayor actividad, dan mayor resistencia física transitoria. Por ello son utilizadas para combatir la fatiga. Ellas son: cafeína, cocaína, anfetaminas, nicotina, éxtasis, alucinógenos (naturales: algunos hongos y peyote; y artificiales: ácido D-lisérgico LSD y polvo de ángel PCP)

    – Depresivas:

    Inhiben la actividad del sistema nervioso. Reducen la ansiedad y provocan sueño. Como: alcohol, tranquilizantes, cannabis marihuana, y hachís, opiáceos (heroína), barbitúricos, inhalantes (pegamentos, gasolina, soluciones limpiadoras).

    Formas de consumir drogas

    Se pueden observar las siguientes maneras de administrarse drogas:

    1. Mediante la ingestión por masticado o sublingualmente. Drogas llamadas “de diseño” (éxtasis) barbitúricos,LSD, alcohol.
    2. Fumada. Cannabis, crack, hachís, tabaco.
    3. Inhalada. Cocaína, heroína.
    4. Inyectable. Intravenosa, intramuscular o subcutánea. Heroína.

    Indicios de consumo de drogas

    Las siguientes son algunas señales orientativas, que queremos remarcar los psicólogos, de que el adolescente está atravesando un problema de consumo de drogas. De todas maneras, es importante no confundir con las características propias del comportamiento adolescente, y saber que deben presentarse varias de ellas a la vez, ya que si se dan en forma aislada no indican indicio de consumo:

    1. Cambios en el aspecto físico. Adelgazamiento injustificado, palidez constante en el rostro, enrojecimiento de los ojos, ojeras, fatiga y desgano permanentes.

    2. Cambios en el humor. Irritabilidad. Risas injustificadas.

    3. Deterioro del nivel de rendimiento escolar. Absentismo, y descenso de las calificaciones.

    4. Pérdida de hábitos de higiene y arreglo personal. No debe confundirlo con el desarreglo propio de un adolescente y con la moda particular de estos. Es un verdadero deterioro del aspecto físico por falta de energías y no por rebeldía.

    5. Problemas de comunicación con la familia. De repente se presentan discusiones reiteradas con distintos miembros de la familia. Además, se vuelven menos comunicativos.

    6. Crisis de ansiedad y depresión. Ante determinadas situaciones se presentan intranquilo, molesto, furioso y con accesos de angustia. En otros momentos, se encuentran triste, con mirada pérdida, negativo y puede mencionar el tema del suicidio.

    7. Alteraciones del sueño y el apetito. Puede presentarse insomnio, y/o cambios en los horarios de dormir, o dormir por períodos cortos varias veces al día. En cuanto al apetito, puede haber falta de apetito, o episodios repentinos de glotonería. Depende de la droga que consuma.

    8. Desinterés por las actividades cotidianas que realizan (deportivas, recreativas, sociales, etc)

    9. Falta de atención, confusión de día, hora, lugar.

    10. Menor tiempo de permanencia en casa. Salen y entran de la casa muchas veces, necesitan estar mucho en la calle, reciben llamados telefónicos de extraños.

    11. Cambio de amistades: Repentinamente aparecen nuevos amigos que no conocemos ni quieren que conozcamos.

    12. Conductas antisociales: robar, riñas callejeras, mentir.

    13. Solicitan cada vez más dinero, sin poder aclarar bien para que lo utilizarán.

    14. Encontrar en su habitación: medicamentos, papel para liar cigarrillos, bolsas con contenidos extraños u otros instrumentos que sirvan para el consumo de drogas.

    15. El uso de mangas largas siempre, incluso cuando hay altas temperaturas.

    Consecuencias del consumo de drogas.

     A nivel físico:

    Pueden surgir diferentes síntomas físicos y enfermedades derivados de la adicción a drogas, dependiendo de cual de ellas se trate. Pero, en general, se pueden manifestar: Úlcera, problemas pulmonares, trastornos del apetito y del sueño, descenso de las defensas, contagio de enfermedades infecto-contagiosas por compartir jeringas. También existe el peligro de muerte por sobredosis, especialmente con heroína o cocaína, provocada por la mala calidad de la sustancia debido a las mezclas fraudulentas que se le hacen.

    A nivel psicológico:

    El consumo de drogas conlleva múltiples consecuencias a este nivel, produciendo trastornos psicológicos de todo tipo, desde pasividad, apatía, abulia, pérdida de autoestima hasta alteraciones de la personalidad y, también, puede inducir a trastornos mentales.

    A nivel familiar:

    La convivencia con la familia es muy difícil y se producen constantes conflictos con discusiones agresivas.
    Se da el aislamiento del joven, que deja de participar de las actividades familiares y de comunicarse con la misma.

    A nivel social:

    Se presentan reacciones antisociales, no tiene límites morales para conseguir la droga, por lo cual recurre a todo tipo de actos delictivos para conseguirla. Esto suele traer problemas reiterado con la justicia. Por otro lado, las actividades académicas o laborales y sociales propiamente dichas, se abandonan progresivamente hasta quedar totalmente inactivos.

    Decálogo de consejos

    Si ha comprobado que, efectivamente, su hijo consume drogas, es necesario abordar el tema inmediatamente para propiciar la búsqueda de soluciones; algunas sugerencias de los Psicólogos online son:

    1. Plantear abiertamente la preocupación por los cambios negativos que se han producido en su vida en los últimos tiempos, sin centrarse directamente en la acusación de consumo de drogas, en un primer momento, ya que causaría rechazo el simple hecho de sentirse juzgado o atacado.

    2. Expresar en forma severa la preocupación por lo que le está sucediendo, el interés por su opinión como así también la total disponibilidad para apoyarle y ayudarle.

    3. Crear un clima de diálogo de mucha intimidad, respeto y afecto para que el adolescente pueda llegar a hablar de los motivos que lo llevaron al consumo de drogas. Esto es importante porque a partir de saberlos, haremos hincapié en ellos para superar las dificultades a las que se enfrenta, a la vez de atacar la adicción en sí misma.

    4. Mantenerse firme en el lugar de autoridad familiar, que requiere que dichas conductas inadecuadas del hijo se modifiquen para su propio bien, principalmente, y para la convivencia de toda la familia.

    5. Informarse sobre el tema de consumo de drogas, diferentes tipos y efectos, causas, etc. porque muchas veces el desconocimiento del tema hace que la familia se alarme y angustie mas de lo que es natural en estos casos. Además es muy importante para darle esta información al adolescente y que la misma sea certera.

    6. Es necesario descubrir si es un consumo esporádico o si se ha transformado en un hábito y adicción porque las medidas a tomar son diferentes. Aunque, si fuera sólo un consumo esporádico tampoco debemos dejarlo pasar, ya que puede ser un camino peligroso hacia el consumo mayor de drogas.

    7. Si se concluye que el problema es de una adicción, y no un consumo circunstancial de drogas, es necesario recurrir a ayuda profesional. Por ello, es importante hacer una consulta previa para informarse y luego acompañar al adolescente para que concurra a la misma. Plantearlo, en principio, como un asesoramiento más que como un tratamiento.

    8. Establecer un pacto de alternativas, con compromiso mutuo, para poner en prueba distintas, soluciones acordadas, con plazos determinados para evaluar su efectividad. Por ejemplo, cambiar el grupo de amigos, modificar los horarios y lugares de salida los fines de semana, etc.

    9. Si niega el consumo, es importante conservar una actitud serena y presentarle los indicios específicos existentes del mismo. Insistir en que si el problema existe, como padres sabrán enfrentarlo sin tomar reprimendas sino con una actitud de apoyo entre toda la familia. Hacerlo razonar, poniéndole ejemplos de personas conocidas que han destruido su vida por las drogas, diciéndola que tal vez lo de él no sea grave en principio pero que es muy fácil llegar a “tocar fondo” sin casi darse cuenta. O recurrir a otros familiares o amigos que sean para él una referencia importante para que lo hagan recapacitar.

    10. Si mantiene la negativa a recibir ayuda, buscar asesoramiento especializado de un psicólogo para imponer medidas de mayor presión que provoquen la demanda de atención por parte del adolescente.
    Psicóloga Claudia Alberto