Nacimiento de un Hermano

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    ¿Cómo ayudar a nuestro hijo mayor para aceptar a su nuevo hermano?

    Nacimiento de un Hermano

    La llegada de un bebé implica una confluencia de sentimientos y sensaciones diferentes para todos los integrantes de la familia. Específicamente en cuanto al hijo mayor, el nacimiento de un hermano, le arrebata su lugar de privilegio en el hogar. El bebé, generalmente, se lleva el mayor porcentaje de halagos, mimos y atención de los padres, principalmente en los primeros meses. Por esto el hijo mayor se siente descuidado, y abandonado en segundo plano luego del bebé, siendo que hasta ahora había sido el “rey de la casa».

    Puede notar que la conducta de su madre ha cambiado: ya no juega tanto tiempo con él, pasa muchas horas con el bebé en brazos, le dedica cuantioso tiempo a alimentarlo, bañarlo, etc.; los mimos y palabras de amor hacia el bebé son constantes y hacia él cada día se suman más reproches y sermones.

    Después del nacimiento de un hermano, el mundo ha cambiado. Por esto se encuentra triste y, a la vez, enfadado tanto con sus padres como con su nuevo hermano.

    Aparecen sentimientos contradictorios, junto a los celos feroces e incontenibles que experimenta y le hacen sufrir -no permitiéndole adaptarse adecuadamente a la nueva situación-, advierte una especie de entusiasmo por la dicha de tener un nuevo hermano.

    Los psicólogos aconsejamos que, los padres deben calmar su ansiedad respecto a cómo recibirá el hijo mayor al nuevo hermano. Además de considerar que es, seguramente, insalvable que atraviese por una etapa de celos intensos en la cual se darán algunos cambios en su comportamiento habitual. Saber que lo fundamental es prestarle mucha atención  y manifestarle constantemente su amor, así como enfatizar el valor que tiene cada hijo para ellos.

    Posibles reacciones de un niño ante la noticia del nacimiento de un hermano.

    Es muy difícil poder prevenir las reacciones de un niño por el nacimiento de un hermano, ya que es inevitable y normal que todos manifiestan ciertas conductas por celos ante la nueva situación. Con las diferencias propias de cada niño, además de su edad y circunstancias familiares, en general, se puede presentar:

    1. Sentimiento de haber sido desplazado.

    manifestando que a él ya no lo quieren. Hasta ahora él era el centro de atención de sus padres y, de repente, deja de serlo y las mayores atenciones son para el bebé recién nacido.

    2. Conductas regresivas.

    Especialmente retrocesos en los hábitos, como por ejemplo, querer el chupete, comer papillas, hablar como bebé, volver a los pañales perdiendo el control de esfínteres.

    3. Comportamientos de rivalidad con su nuevo hermano.

    como una manera de competir por la preferencia de los padres.

    4. Sentimientos ambivalentes.

    difíciles de manejar para el niño. Por un lado sienten mucho amor y alegría por el nacimiento de un hermano e incluso orgullo de tener un hermano; y al mismo tiempo, sienten envidia, celos, y desean que no haya nacido o que desaparezca del hogar porque le ha quitado el “reinado” frente a los padres.

    5. Llamamiento de atención.

    presentando episodios de llanto, rabietas, caprichos.

    Celos del nacimiento de un hermano.

    Los hijos mayores, especialmente, se sienten muy celosos de la intimidad que se produce entre la mamá y el bebé, tanto en  el especial acto de comer (el amamantamiento) como en los demás cuidados especiales y continuos que requiere un bebé recién nacido. En algunas ocasiones se los puede dejar compartir esta intimidad, y mientras él observa, la mamá le irá hablando sobre lo que sucede. Aprovechar estos momentos para que expresen sus sentimientos y así, al conocerlos profundamente, saber cómo ayudarlos a superar sus dificultades.

    Se debe considerar que los hermanos mayores pueden tener a veces conductas agresivas debido a la intensidad de los celos que sienten, y pensar que esto es normal y que no se debe a que sea un niño agresivo. Proponerles juegos activos que les proporcionan la posibilidad de descargar estos impulsos agresivos incontrolables.

    Como psicóloga recomiendo, ante el nacimiento de un hermano, no dejar de decirles que ellos siguen siendo especiales a pesar de la aparición del nuevo hermano. Y no hacer comparaciones con el bebé o criticarle por sus conductas negativas propias de los celos que sufren, sino que se debe tratar de revertirlas,  brindándoles más cuidado aún y más afecto.
    Los niños mayores se adaptan mejor a la aparición repentina de un hermano, si para compensar el tiempo que le brindan al bebé, los padres les dedican tiempo y atención extra a él también.

    Decálogo de consejos sobre el nacimiento de un hermano

    Podemos enumerar algunos consejos, de psicólogos, útiles para ayudar a nuestro hijo mayor a no sentirse desplazado por el hermano que acaba de nacer, y para que lo acepte:

    1. Darle la noticia, del nacimiento de un hermano, los padres conjuntamente, en un clima de alegría y sin presentar signos de preocupación ante su reacción.
    2. Permitirle que tenga un primer momento de incertidumbre ante la noticia, e incluso de rechazo, y no enfadarse con él por esto. Seguir hablando tranquilamente del tema, remarcando los aspectos positivos de la llegada de un hermano, hasta que pueda valorar alguno de ellos.
    3. Hacerlo participar de los arreglos del cuarto del nuevo hermano, incluso agregar algún detalle decorativo hecho por él, como un dibujo.
    4. Llevarlo a visitar a mamá y al bebé al hospital lo antes posible para que sepa que él es muy importante para su madre y su hermano.
    5. Los padres deben dedicar a cada hermano un tiempo de atención especial, cada día. Es recomendable que lo hagan ambos padres conjuntamente, pero también cada padre individualmente por la diferente relación que se establece con el padre y con la madre; además de jugar con ambos hijos a la vez, también ocupar un tiempo específico para cada uno según sus diferentes demandas y necesidades, dada por la diferencia de edad. Es muy importante el contacto físico con ellos (caricias, abrazos, besos), el juego y la conversación.
    6. Conversar con el hijo mayor sobre, el nacimiento de un hermano, hacerlo colaborar en el cuidado del bebé (higiene, vestidos, baño, etc.)
    7. Reiteradamente demostrar que se aman a los dos hijos por igual, que hay amor suficiente para todos en el hogar y que si bien el bebé y él son diferentes cada uno tiene particularidades que ustedes adoran.
    8. No obligarles a entregar sus juguetes que ya no utilizan al hermano pequeño, sino que los pueda conservar como de su propiedad hasta que él decida dárselos.
    9. No recargarlo con responsabilidades de cuidado de su hermano en forma de exigencia u obligación de hermano mayor, a no ser que se lo haga como una forma de otorgarle vuestra confianza y de acercarlo más a su hermano.
    10. No realizar cambios importantes, después del nacimiento de un hermano, en la vida del hijo mayor como cambio de colegio, habitación, etc. durante los primeros meses,  ya que el niño tiene suficiente esfuerzo de adaptación con la llegada de su hermano y no está en condiciones de mayores ajustes.

    Psicóloga Claudia Alberto