Padres primerizos

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    Mano de padre sujeta pie de bebe - Padres primerizos

    Ser padres es el rol más importante en la existencia de cualquier persona. Significa adoptar nuevas responsabilidades indelegables, y cambiar la forma de vida para siempre.

    Generalmente, los padres primerizos se encuentran muy ansiosos y angustiados frente a la nueva situación; debido a sus miedos sobre si podrán realizar adecuadamente su función; y, principalmente, si conseguirán educar correctamente a su hijo, desde los primeros pasos hasta que sea un adulto. Inician un largo camino, difícil de transitar pero pleno de encanto.

    Por otro lado, la pareja pasa a ser familia; se afianza por la unión especial que brinda compartir la crianza y amor de un hijo. En éste se depositan grandes expectativas, se asegura la transmisión generacional y cultural. Comienza un nuevo vínculo de padre/madre que se caracteriza por un amor inconmensurable, irreemplazable y totalmente satisfactorio, una sensación de plenitud e intimidad únicas.

    También, después del nacimiento de un hijo, pueden surgir los conflictos entre los padres primerizos, por desacuerdos en la crianza y educación del mismo, por los celos o, simplemente, por los avatares propios de la cotidianidad de ser padres. Por ello, es importante que la pareja esté preparada; que antes de la concepción estén decididos a asumir el desafío de ser padres en forma conjunta, y acordando criterios sobre ello. Es fundamental, la buena comunicación en la pareja. Reconocer sus deseos y expectativas, así como las incertidumbres e inseguridades de los padres primerizos.
    También una actitud para la comunicación abierta y sincera es importante para la crianza de un hijo, ya que no basta con saber que se lo quiere. Establecer una fluida y constante comunicación con respeto y amor, sin críticas, ni amenazas, exponiendo los sentimientos, es primordial.

    Es necesario, para hablar con un hijo, una postura relajada, despojarse de los problemas cotidianos, del trabajo, de pareja, y centrarse en las palabras que se expresan.

    Los niños son muy sensibles a cada término que se utilice para dirigirse a ellos. Cuando son bebés, hasta se puede trasmitir estrés y angustia, si no se logra una determinada actitud de acercamiento; despojados de las preocupaciones personales, con un contacto sutil, tierno, considerándolo un momento único. De esta manera, se transmitirá confianza, tranquilidad y amor para un sano desarrollo afectivo del niño.

    La paternidad y la maternidad, más allá de lo instintivo, son roles que se cultivan desde la niñez a través de la identificación con las figuras de la madre y el padre, de los juegos y fantasías infantiles.

    De todas maneras, a ser padres se aprende constantemente con la experiencia misma; aunque es necesario, además, informarse, escuchar a expertos o compartir experiencias con otros padres. También se tiende a pensar que no se quiere repetir la experiencia de los propios padres; pues, es la oportunidad de mejorar aquello que fue desagradable vivir como hijos. Es una buena referencia analizar la propia infancia; repetir, ahora como padres primerizos, lo bueno de la misma y evitar aquello que hizo daño, para guiarse en esta nueva etapa de la vida.

    La paternidad y maternidad otorga una ocasión extraordinaria para seguir creciendo de la mano de un hijo.


    Claves para ser un buen padre

    A lo largo de todo el desarrollo de su hijo, hay algunas indicaciones claves que servirán como guía para no perderse en el desafiante aprendizaje de ser padres:

    • Tolerancia y paciencia
    • nada de reproches
    • demostración de afecto
    • límites y exigencias
    • propiciar su iniciativa
    • estimularlo constantemente
    • reforzar positivamente sus logros
    • y manifestarle confianza.

    Psicóloga Claudia Alberto

    Decálogo de consejos para los padres primerizos

    Algunos consejos para poder disfrutar más de esta nueva responsabilidad de ser padres primerizos:

    1. No abrumarse ante las nuevas responsabilidades que se avecinan, como padres primerizos. Si bien es cierto que éstas aumentarán notablemente, ya que ser padres implica hacerse cargo de nuevos compromisos a todo nivel, la tensión y ansiedad no les permitirá disfrutar de la llegada del bebé.
    2. Reconocer las transformaciones. La vida cambiará rotundamente a partir del nacimiento de vuestro hijo y esto no tiene vuelta atrás, por lo tanto, no podéis pretender seguir el ritmo de vida que lleváis actualmente. La rutina será otra totalmente distinta e implicará renunciar a algunas cosas en función de adaptarse a las necesidades del bebé. Pero se ganará con la satisfacción indescriptible de verlo crecer día a día.
    3. Compartir juntos todos los momentos de la nueva etapa, como padres primerizos. Es muy importante, para la pareja, que cada momento y cada actividad referida al bebé puedan vivirla juntos. Dado las incertidumbres, ansiedades o angustias, así como las sorpresas y alegrías que conlleva el cuidado diario del bebe, es necesario tener a alguien al lado para sentirnos apoyados y acompañados; y en esta situación, más que en ninguna otro de la vida, nada mejor que la presencia constante de la pareja.
    4. Comunicar los sentimientos a la pareja. El valor de poder hablar con ella de todo lo que se siente y piense en esta nueva etapa de la vida es relevante. Se establecerá un nuevo matiz a la convivencia que enriquecerá aún más la relación, siempre que se hable abiertamente de todos los nuevos sentimientos y pensamientos en relación a este nuevo rol de padres, y de cómo se experimenta el día a día, tanto individualmente o como pareja; en lo positivo o a nivel de los conflictos y contradicciones que se generen.
    5. Informarse sobre todo lo relacionado al nacimiento y crecimiento de los niños. Esto calmará la ansiedad que se suele experimentar por ser primerizos y el desconocimiento del tema.
    6. Relacionarse con otras parejas con bebés para compartir la experiencia y valorar la paternidad, es muy enriquecedor.
    7. En cuanto a la pareja, es normal que el padre se sienta, en ciertos momentos, abandonado por su esposa que está muy ocupada con sus nuevas labores de madre, y sólo tiene ojos para su bebé. Por ello, la madre no debe permitir que esto suceda, no olvidando en todo momento, dirigirse al padre y hacerlo partícipe, implicarlo en todo lo relacionado con el cuidado del bebé. Pero además, pensar en que el padre, necesita la manifestación de amor y cariño de su mujer, tanto o más que antes de la incorporación del nuevo miembro a la familia.
    8. Acordar previamente con la pareja sobre cómo cuidar y educar al bebé. Este tema suele llevar a fuertes discusiones en momentos difíciles en la cotidianidad de la crianza de los hijos, por tener diferencias de criterios al respecto y no haber sido convenidos previamente.
    9. Buscar apoyo en el resto de la familia, en el caso de sentirse, en algún momento, desbordados por las exigencias que implica el cuidado del bebé, especialmente en los primeros meses que son los más duros.
    10. La madre suele absorber la relación con el bebé, lo cual es muy perjudicial para el padre que queda marginado, y principalmente para el bebé que no llega a vincularse afectivamente con la misma intensidad que con la madre. Por ello, es fundamental que la madre ceda un tiempo y espacio para que el padre pueda estar en contacto íntimo con su hijo, con juegos, caricias y palabras, fundamental para el sano desarrollo afectivo del niño.

    Psicóloga Claudia Alberto Fermanelli

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